¿Cómo
afecta la marihuana al cerebro y al resto del cuerpo?
Efectos
sobre el cerebro
Al entrar el THC al cerebro hace que el usuario se sienta
eufórico o “high”, porque actúa sobre el sistema cerebral de gratificación.
Este sistema está compuesto por las regiones del cerebro que gobiernan la
repuesta de la persona a las cosas placenteras como el sexo o el chocolate, así
como a la mayoría de las drogas de abuso. El THC activa el sistema de
gratificación de igual manera que lo hacen casi todas las drogas, es decir,
estimulando las células cerebrales para que liberen una sustancia química
llamada dopamina.
Junto con la euforia, otro efecto reportado frecuentemente
en los estudios en seres humanos es el sentirse relajado. Otros efectos, que
varían considerablemente entre los distintos usuarios incluyen aumento en la
percepción sensorial (por ejemplo, los colores se ven más brillantes), risa,
percepción alterada del tiempo y aumento en el apetito. La euforia pasa después
de un tiempo y el usuario puede sentir sueño o depresión. A veces, el consumo
de marihuana produce ansiedad, temor, desconfianza o pánico.
El consumo de la marihuana deteriora la capacidad para crear
recuerdos nuevos (vea más abajo “La marihuana, la memoria y el hipocampo”) y
para desviar la atención de una cosa a otra. El THC también entorpece la
coordinación y el equilibrio al adherirse a los receptores en el cerebelo y los
ganglios basales, que son las partes del cerebro que regulan el equilibrio, la
postura, la coordinación y el tiempo de reacción. Por lo tanto, también se ve
afectada la capacidad de realizar tareas complicadas, de hacer deportes, de
aprender y de conducir un vehículo.
Los consumidores de dosis altas de marihuana pueden
experimentar una psicosis aguda, que incluye alucinaciones, delirio y una
pérdida del sentido de la identidad personal o autor reconocimiento.
Los consumidores de dosis altas de marihuana pueden
experimentar una psicosis aguda, que incluye alucinaciones, delirio y una
pérdida del sentido de la identidad personal o autor reconocimiento. Las
reacciones psicóticas a corto plazo a las concentraciones altas de THC son
distintas a los trastornos de mayor duración, parecidos a la esquizofrenia, que
han sido asociados con el uso del cannabis en las personas susceptibles. (Vea
la sección sobre la relación entre el consumo de la marihuana y la enfermedad
mental).
Nuestra comprensión de los efectos a largo plazo de la
marihuana en el cerebro es limitada. Los resultados de las investigaciones
sobre cómo el consumo crónico del cannabis afecta la estructura del cerebro,
por ejemplo, han sido inconsistentes. Puede ser que los efectos sean demasiado
sutiles para que sean detectados de manera confiable usando las técnicas
actuales. Un problema similar se plantea en los estudios sobre los efectos del
consumo crónico de la marihuana sobre la función cerebral. Aunque los estudios
de imágenes (resonancia magnética funcional o fMRI, por sus siglas en inglés)
muestran algunas alteraciones consistentes en los usuarios crónicos, la relación
de estos cambios con el funcionamiento cognitivo es menos clara. Esta
incertidumbre puede deberse a otros factores que causan desconcierto, como el
consumo de otras drogas, los síntomas del síndrome de abstinencia en las
personas que han sido usuarios crónicos por mucho tiempo y los efectos
residuales de las drogas (que en el caso de los consumidores crónicos, se
pueden detectar por lo menos durante 24 horas).
Una pregunta constante en este campo es si las personas que
dejan de fumar marihuana, incluso después de haberla consumido en grandes
cantidades a largo plazo, pueden recuperar algunas de sus habilidades
cognitivas. Un estudio reporta que en los consumidores establecidos de
marihuana a largo plazo, la capacidad para recordar las palabras de una lista
se vio afectada hasta una semana después de haber dejado de usar la droga, pero
volvió a la normalidad después de cuatro semanas. Sin embargo, otro estudio
encontró que los efectos de la marihuana sobre el cerebro pueden acumularse y
con el tiempo pueden deteriorar las habilidades críticas de la vida. Estos
efectos pueden ser aún peores en los pacientes con otros trastornos mentales o
como resultado del proceso normal de envejecimiento.
La
marihuana, la memoria y el hipocampo
El deterioro producido por la marihuana en la memoria ocurre
porque el THC altera la manera en la que la información es procesada por el
hipocampo, el área del cerebro responsable por la formación de la memoria.
Una imagen del cerebro de una rata, con las partes del
cerebro señaladas La distribución de los receptores de cannabinoides en el
cerebro de una rata. Las imágenes cerebrales revelan niveles altos (mostrados
en naranja y amarillo) de receptores de cannabinoides en muchas áreas,
incluyendo la corteza cerebral, el hipocampo, el cerebelo y el núcleo accumbens
(estriado ventral).
La mayoría de las pruebas que apoyan esta afirmación
provienen de estudios en animales. Por ejemplo, las ratas expuestas al THC en
útero, poco después del nacimiento o durante la adolescencia, muestran
problemas importantes en tareas específicas de aprendizaje o de memoria más
adelante en su vida. Es más, el deterioro cognitivo en las ratas adultas está
asociado con los cambios estructurales y funcionales del hipocampo debido a la
exposición al THC en la adolescencia.
Cuando las personas envejecen, pierden neuronas en el
hipocampo, lo que disminuye su capacidad para aprender información nueva. La
exposición crónica al THC puede acelerar la pérdida de las neuronas del
hipocampo normalmente asociada al envejecimiento. En un estudio, las ratas
expuestas diariamente al THC durante 8 meses (aproximadamente el 30 por ciento
de su vida) mostraron un nivel de pérdida de células nerviosas a los 11 a 12
meses de edad que equivalía a la de los animales no expuestos del doble de su
edad.
Efectos
sobre la salud física en general
A los pocos minutos de haberse inhalado el humo de la
marihuana, el corazón comienza a latir más rápido, los bronquios se relajan y
se ensanchan, y los vasos sanguíneos en los ojos se dilatan haciendo que los
ojos se vean rojos. El corazón, que normalmente late de 70 a 80 latidos por
minuto, puede aumentar su ritmo en unos 20 a 50 latidos por minuto o en algunos
casos hasta puede duplicarse. Este efecto puede ser mayor si se consumen otras drogas
conjuntamente con la marihuana.
Hay evidencia limitada que sugiere que el riesgo de que una
persona sufra un ataque al corazón durante la primera hora después de fumar
marihuana es cuatro veces más que el riesgo normal. Esta observación podría explicarse,
en parte, porque la marihuana eleva el ritmo cardiaco y reduce la capacidad de
la sangre de transportar oxígeno, y en algunos casos también eleva la presión
arterial. Estas posibilidades deben ser examinadas con más atención,
particularmente debido al hecho que los consumidores actuales de marihuana son
los adultos de la generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial (“baby
boomers”), que pueden tener otros riesgos cardiovasculares que tal vez aumenten
su susceptibilidad.
Las
consecuencias del abuso de marihuana
Agudas (presentes durante la intoxicación)
Deterioro de la memoria a corto plazo
Deterioro de la atención, el juicio y otras funciones
cognitivas
Deterioro de la coordinación y el equilibrio
Aumento en el ritmo cardiaco
Episodios psicóticos.
Persistentes (duran más que la intoxicación pero no siempre
son permanentes)
Deterioro de la memoria y las habilidades para el
aprendizaje
Deterioro en el sueño.
A largo plazo (efectos acumulativos del abuso crónico)
Puede llevar a la adicción
Aumento en el riesgo de la tos crónica y la bronquitis
Aumento en el riesgo de la esquizofrenia en personas
susceptibles
Puede aumentar el riesgo de ansiedad, depresión y síndrome
amotivacional.*
*Estos son síntomas o trastornos que a menudo se informan
que ocurren concurrentemente con el consumo de marihuana. Sin embargo, las
investigaciones aún no han determinado si la marihuana es la causa de estos
problemas mentales o si simplemente está asociada con estos problemas mentales.
El humo de la marihuana, al igual que el del tabaco,
consiste en una mezcla tóxica de gases y partículas, muchas de las cuales se
sabe que son perjudiciales para los pulmones. Las personas que fuman marihuana
regularmente pueden tener muchos de los mismos problemas respiratorios que los
fumadores de tabaco, como tos y producción de flema a diario, una mayor
frecuencia de enfermedades agudas del pecho y un mayor riesgo de infecciones
pulmonares. Incluso el consumo poco frecuente de la marihuana puede causar
ardor y picazón en la boca y la garganta, a menudo acompañados por una tos
fuerte. Un estudio encontró que, en el ambiente laboral, los días de licencia
por enfermedad tomados por los fumadores frecuentes de marihuana a menudo se
debían a enfermedades respiratorias.6
Además, la marihuana tiene el potencial de suscitar el
cáncer de los pulmones y otras partes del aparato respiratorio porque contiene
hasta un 70 por ciento más irritantes y carcinógenos que el humo del tabaco.
También produce niveles altos de una enzima que convierte ciertos hidrocarburos
en su forma carcinógena, lo que podría acelerar los cambios que finalmente
producen las células cancerosas. Además, los fumadores de marihuana
generalmente inhalan más profundamente y sostienen su respiración por más
tiempo que los fumadores de tabaco, lo que expone a los pulmones al humo
carcinógeno por más tiempo. Sin embargo, mientras que varias investigaciones
diferentes sugieren que el consumo de la marihuana puede conducir al cáncer de
pulmón, la evidencia que apoya esta tesis no es concluyente.8 En el humo del
cannabis, la corroboración de la presencia de un ingrediente activo no
identificado con propiedades protectoras—y su caracterización más
estricta—podría ayudar a explicar las inconsistencias y los modestos resultados
Image of a red eye
A los pocos minutos de haberse inhalado el humo de la
marihuana, el corazón comienza a latir más rápido, los bronquios se relajan y
se ensanchan, y los vasos sanguíneos en los ojos se dilatan haciendo que los
ojos se vean rojos.
Un número significativo de investigaciones demuestran los
efectos negativos del THC sobre el funcionamiento de diversas células del
sistema inmunológico, tanto en células in vitro como en animales de laboratorio
in vivo. Sin embargo, hasta la fecha ningún estudio ha relacionado la supresión
del sistema inmunológico que se sospecha que causa la marihuana, con una mayor
incidencia de infecciones o trastornos inmunológicos en seres humanos. Un
estudio breve de tres semanas encontró que fumar marihuana se asocia con algunos
efectos negativos estadísticamente significativos en la función inmunológica de
los pacientes con SIDA; otro estudio pequeño de estudiantes universitarios
también sugirió la posibilidad de que la marihuana podría tener efectos
adversos sobre el funcionamiento del sistema inmunológico. Por lo tanto, la
evidencia conjunta de los estudios en animales, más los datos limitados
disponibles en humanos, apuntan a que se deberían realizar investigaciones
adicionales sobre el impacto de la marihuana en el sistema inmunológico. (Vea
también "La ciencia detrás de la marihuana para usos médicos").
¿Existe una relación entre el consumo de la marihuana y la
enfermedad mental?
Las investigaciones en la última década se han centrado en
si el uso de la marihuana realmente causa otras enfermedades mentales. La
evidencia más fuerte hasta la fecha sugiere que sí existe un vínculo entre el
consumo de cannabis y la psicosis.9 Por ejemplo, una serie de estudios
prospectivos grandes que siguió a un grupo de personas por un tiempo mostró una
relación entre el consumo de la marihuana y el desarrollo posterior de
psicosis. El consumo de la marihuana también empeora el curso de la enfermedad en
los pacientes con esquizofrenia y puede producir una reacción psicótica breve
en algunos usuarios, la que se desvanece al ir menguando los efectos de la
droga. La cantidad de la droga que se consumió, la edad al primer uso y la
susceptibilidad genética del usuario pueden influir en esta relación. Un
ejemplo es un estudio que encuentra un riesgo mayor de psicosis entre los
adultos que habían consumido marihuana en la adolescencia y que también tenían
una variante específica del gen de la catecol-o-metiltransferasa (COMT), una
enzima que degrada los neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina.7
Además de los vínculos observados entre el uso de la
marihuana y la esquizofrenia, se han reportado otras asociaciones menos
consistentes entre el uso de la marihuana y la depresión, la ansiedad, los
pensamientos suicidas por adolescentes y los trastornos de la personalidad. Uno
de los vínculos más citados, aunque aún controversial, es la falta de
motivación, conocida como síndrome a motivacional, que se define como una
disminución o ausencia de motivación para participar en actividades típicamente
gratificantes. Debido al papel que desempeña el sistema endocannabinoide en la
regulación del estado de ánimo, estas asociaciones tienen cierto sentido
lógico; sin embargo, se necesitan más investigaciones para confirmar y
comprenderlas mejor.
Las variaciones en el gen de la COMT influyen en los efectos
nocivos de las drogras de abuso
Esta gráfica muestra que las variaciones en un gen pueden
afectar la probabilidad de desarrollar psicosis en la edad adulta, después de
haber consumido marihuana en la adolescencia La influencia que tiene el consumo
de marihuana en la adolescencia sobre la psicosis en la edad adulta se ve
afectada por variables genéticas. Esta gráfica muestra que las variaciones en
un gen pueden afectar la probabilidad de desarrollar psicosis en la edad
adulta, después de haber sido expuesto al cannabis en la adolescencia. El gen
COMT regula una enzima que descompone la dopamina, una sustancia química del
cerebro implicada en la esquizofrenia. El gen se presenta de dos formas:
"Met" y "Val". Las personas con una o dos copias de la
variante “Val” tienen mayor riesgo de desarrollar trastornos del tipo
esquizofrénico si consumen cannabis durante la adolescencia (que se muestra en
la gráfica con las barras oscuras). Los que sólo tienen la variante “Met” no se
vieron afectados por el consumo de cannabis.7
BIBLIOGRAFIA: http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/abuso-de-la-marihuana/como-afecta-la-marihuana-al-cerebro-y-al-resto-del-cuerpo
EFECTOS
FISICOS DE LA MARIHUANA
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